Vale,
lo acepto. Es imposible no aceptarlo. El Real Madrid de Mourinho es una
apisonadora y así quedó patente al ganar la liga pasada batiendo el record de
goles y el de puntos. Un hito así solo se puede lograr siendo una auténtica
máquina de hacer futbol. Pero yo me pregunto: ¿Con otro entrenador y los mismos
jugadores no hubiera sido incluso mejor?
Y es
que tras ver los dos partidos que ha jugado el Madrid contra el Borussia de
Dormund, no dejo de pensar que Mourinho comete errores garrafales al plantear los
partidos. Este Madrid, con estos jugadores, no juega como debiera. Comprendo
que en el futbol total de hoy día, es indispensable que todos los jugadores
defiendan, pero de ahí a tenerlos atados a un sistema que prioriza la defensa
al ataque hay un gran paso. Me duele horrores ver que un jugador de tanta
calidad como Modric se deshace trabajando de mediocentro, intentando robar
balones y aportando su juego de toque en contadísimas ocasiones (y esto es cosa
de Mourinho, que en el Tottemham y en su selección no juega así). Me escuecen
los ojos cuando veo que Özil se desfonda para defender y luego no tiene fuerzas
para atacar. Se me salta la hiel cuando compruebo que Xabi Alonso da más pases
largos por jugar al lado de la defensa que pases en corto daba cuando jugaba en
Liverpool. Y aunque aplaudo los carrerones que se pega Di María para detener el
contraataque de un contrario, luego lloro por comprobar que en la vuelta al
ataque no es capaz de dar todo lo que tiene dentro, que ya hemos visto que es
mucho. Y todo esto considero que es un error de Mourinho. Debería buscar la
manera para que estos jugadores de talento tengan más libertad creativa. Vale
que tienen que defender, que se tienen que implicar en ahogar a los jugadores
que tienen más cercano, pero no debería ser una prioridad. Para ello tiene los
centrales, y para ello debería aprender del Barça o del Borussia, que se bastan
con un medio centro (Busquet o Kehl, respectivamente) para interrumpir la
creación del juego del rival. Muchos me podríais responder que el Barcelona de
Guardiola o de Tito tiene a sus delanteros y centrocampistas, a todos,
defendiendo. Vale. No lo niego. Pero la diferencia es que es una defensa
distinta, mucho más dinámica y, sobre todo, inmediata. Es decir, los jugadores de
Mou se plantan con la intención de defender, pero cuando atacan y pierden un
balón, tardan más de la cuenta en la transición de ataque a defensa. Los de
Guardiola (o los de Klopp, o los de Tito) se plantan para atacar como
configuración predeterminada, y si pierden el balón pasan inmediatamente a
defender… pero en el mismo sitio donde han perdido el balón. Agobian al jugador
que acaba de recuperar y le hacen cometer fallos que luego aprovechan volviendo
con una rapidísima transición a sus funciones de ataque. Creo que esto es
fundamental para entender que equipos como el Barcelona o el Borussia necesiten
solo un medio centro defensivo (los citados Busquet o Kehl) y el Madrid
necesite dos (Xabi y Khedira/Modric/Essien).
Por
cierto, puedo entender que Cristiano sea la estrella y el jugador más
determinante del equipo, pero eso no debería privarle de sus obligaciones
defensivas, que si bien no debieran ser tan estrictas, tampoco es cuestión de
que se quede apático cuando llega la hora de las labores más sucias, que el
chico es el único que puede decidir cuándo defender y cuándo no… y así vuelve
loco a sus laterales.
Con
esta reflexión se comprende el pésimo partido que hicieron en la primera parte
de ayer, donde el Borussia los bailó como quiso, pese a dar la impresión de que
el Madrid era el que dominaba. Menos mal que en la segunda parte tuvieron la
suerte de acertar con muchas jugadas de balones largos y así los fueron
poniendo en un aprieto, hasta la jugada del afortunado golazo de Özil
(afortunado porque el portero creyó que iba fuera y no se esforzó por llegar a
un balón que fue magistralmente lanzado a la base del poste corto). Pese a
todo, jugar de manera tan directa, un poco a lo loco, con muchos balones
verticales y largos, puede ser muy espectacular, pero también es muy atrevido,
ya que aumenta la probabilidad de que el rival corte las jugadas con más facilidad
y pueda montar su temible contraataque con desenvoltura extrema. Hay que
madurar un poco más las jugadas y sobre todo, hay que jugar mucho sin balón y
buscando huecos y desmarques. El Madrid sabe hacerlo, pero no lo hace todo lo
que debiera. Es demasiado rápido en su juego de ataque, y por añadido,
demasiado precipitado.
Otro
detalle de ayer que empieza a preocuparme es el bajón de forma que muestra Iker
Casillas. En lo que llevamos de Liga y de Champions, han sido varias las veces
que le he visto momentos de duda y de falta de reacción. Incluso he visto ya
varios goles (el primero de ayer del Borussia, obra de Reus, por ejemplo) donde
claramente podía haber hecho más. Espero que sea algo puntual, porque como
también perdamos al santo, apañados vamos.
Sobre
el Borussia, solo decir que tiene un sistema de juego que me encanta (o más
bien, varios sistemas de juego). Se basa en lo que hace el Barcelona, pero
claro, con jugadores de un escalón inferior. Eso sí, Klopp permite más
ductilidad a la hora de cambiar de sistema, y lo mismo vemos a ese equipo
parecido al Barça en Liga, que a uno más parecido al Madrid (balones en largo y
al contraataque) en Champions. Y por medio, muchas variantes mezcladas que
siempre pueden dar resultado. Su actual equipo base se sustenta en dos
centrales de buen paso largo y buen desplazamiento de balón (Hummels y
Subotic), un organizador que sabe que su prioridad es mover el balón (Gundogan)
con su tópico mediocentro defensivo (Kehl), dos mediapuntas de mucha
creatividad, talento y con gran derroche físico (Gotze y Reus), y un delantero
tanque con calidad (Lewandowski). Si eso no le falla, el Borussia se convierte
en un equipo temible. Además, sus laterales suelen ser eficaces en defensa y
correosos en ataque, mientras que sus extremos varían en función de lo que se
necesite, así a veces vemos a Perisic, otras veces a Grobkreutz, y de vez en
cuando a Bender. Una alegría para el cuerpo.
Dejando
a un lado el partido del Madrid, la jornada de ayer nos dejó algunos momentos
bochornosos, como Allegri, entrenador del Milán, sacando del terreno de juego a
El-Shaarawy, el jugador más en forma de su formación, para meter a Boateng
cuando lo que necesitaba es meter goles. Mejor para el Málaga, que ya está
clasificado para octavos. Eso sí, creo que a Allegri le quedan dos telediarios
en el Milán. Más bochornosa fue la actuación del Asistente de Gol que cubría la
portería del Ajax en su partido frente al Manchester City. Tremendo error al no
pitar un claro penalti a Balotelli, que se encontró totalmente agarrado y a
tres metros del asistente, de frente, al final del partido. No me explico qué
es lo que pasa por la cabeza de un árbitro cuando ve lo que todo el mundo vio,
y no pita nada. Desde luego, de vergüenza ajena, pero con todo, nos vino bien a
los madridistas. Un empate entre ambos era el mejor resultado.
Pero no
todo fue vergonzoso. También hubo momentazos como el gol de Yayá Touré, que nos
demuestra su gran despliegue físico además de su calidad individual, que parece
imposible que viva en ese corpachón. Igualmente, anoche Ibrahimovic tuvo su
tarde dando 4 asistencias, demostrando que si bien ya está ejerciendo de
mediapunta vago, su calidad le basta para con cuatro movimientos servir balones
a sus compañeros o meterlos en portería. La ley del mínimo esfuerzo, que dicen,
mediante la cual no ganará la Champions nunca más, pero sí que nos deleitará
con partidos como el de anoche.
También
fue bonita la casi remontada del Schalke, que empató a 2 con el Arsenal de
Wenger y Cazorla. Este Schalke ha vuelto a recuperar el gran nivel de Farfán,
que se vio empujado a la casi suplencia con la llegada de Raúl y Jurado hace un
par de años, y que ahora recupera su sitio en el equipo junto al goleador que
no quiso el Madrid (Huntelaar) y con un Afellay que, si las lesiones le respetan,
demostrará por qué el Barcelona se fijó en él.
Esta
noche, la otra mitad de la jornada, con un Valencia-BATE que se supone
imprescindible para la clasificación del equipo che, y con un Celtic-Barcelona
que debería ser de trámite y servir como ancla definitiva para octavos.
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Fotos de Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
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